Anotaciones al borde del abismo: el lanzamiento de dados en La ciudad y los perros
Cada año, en el mes octubre*, releo La ciudad y los perros. Esta vez me detengo en el primer párrafo del libro pues no me parece justo que hayan usado dos dados cuando lo más imparcial era lanzar solo uno.
Revisando el excelente trabajo de Dunia Gras para la edición de Cátedra (2020), observo en el Apéndice I los borradores de Vargas Llosa para los dos primeros capítulos.
En el cuaderno Centauro blue el autor anota:
«Yo», pensó Porfirio Cava [domado por el fatalismo]: miraba [desorbitado] fijamente la [frenética] carrerafrenéticade los dados sobre las locetas [sic] descascaradas [sic] y brillantes pero sus ojos permanecían fríos.
Seis[cuatro] -dijo el Jaguar (cuaderno 1,1).
¿Lo ven? Sigue usando el plural: dados. ¿Por qué usar dos cuando uno era lo justo? Imaginemos que el Jaguar es el dos, el Rulos el tres y el Boa el cinco. Es imposible escoger el uno, pues tenemos un par de dados y el número menor a sacar es el dos. No obstante, existe una ventaja para el Jaguar y el Rulos puesto que solo tienen una combinación en el tiro: 1+1 y 1+2 respectivamente. Cava y Boa están en desventaja pues tienen dos combinaciones: 2+2, 1+3 y 1+4, 2+3. ¿No se dieron cuenta que el Jaguar les había tendido una trampa?
Ahora bien, dejando el seis (visto en el borrador) como número menor, el juego hubiese sido un poco más equitativo. Así Cava tendría 3 combinaciones (1+5, 2+4, 3+3), Rulos y Boa también tendrían tres combinaciones para el 7 (1+6, 2+5, 3+4) y el 8 (2+6, 3+5, 4+4). Sin embargo, el Jaguar solo tendría dos combinaciones para el 9 (3+6, 4+5). Supongo que es la ventaja del líder, pero aún así Vargas Llosa debió dejar el seis.
Yo ahora tengo un par de dados en mi mano. Los voy a lanzar en el piso frío de mi sala... Los dados están quietos, marcan dos y cuatro. Mierda.
* Fue en el mes de octubre de 1963 cuando se publicó por primera vez la novela.
Notas:
1. Este es el modelo del cuaderno Centauro blue:


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